domingo, 1 de junio de 2025

PIEZA DEL MES / JUNIO 2025

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Encuadernaciones platerescas
Piel, cartones, papel, cuerdas y tintas
20.5 x 15 x 4 cm
18 x 12.7 x 4 cm
Talleres desconocidos
1570-1586.
Monasterio de Santa María del Valle, Zafra


La labor de encuadernar, es decir «juntar, unir, coser varios pliegos o cuadernos y ponerles cubiertas», está íntimamente ligada a la historia del libro y de las bibliotecas. En la de Santa Clara, su Fondo Antiguo conserva veintitrés libros, datados en el Quinientos, de entre los que sobresalen estos dos por su encuadernación plateresca.

El primero, «Declamationes quadragessimales», del agustino san Alonso de Orozco (1500-1591), se publica por vez primera en Valladolid en 1556, aunque el ejemplar que nos ocupa es de una edición posterior, impresa en Madrid en 1570. El otro, algo más pequeño, es el «Manuale Chori», obra del franciscano Pedro Navarro e impreso en Salamanca en 1586.

En aquel entonces, los libros se vendían en rama, es decir, con los cuadernos sueltos. Ya adquiridos, se mandaban encuadernar, por lo que esta actividad artesanal estaba más vinculada al librero que al impresor. 

Estos dos volúmenes están encuadernados con piel de becerro, teñida en marrón, con el lomo redondeado y cuatro nervios. Las tapas muestran una decoración plateresca gofrada o repujada con filetes concéntricos que muestran roleos vegetales y medallones con rostros de personajes de la antigüedad. Y, en ambos, en el rectángulo central campea un clípeo con el IHS, el monograma de Jesús, formado por sus tres letras iniciales en griego, surmontadas por una cruz y con los tres clavos debajo. 

Esta decoración en relieve se conseguía en seco y con calor, sirviéndose como de improntas de hierro o moldes en forma de rueda, de ahí la repetición de motivos que se perciben.

 

Hasta el 30 de junio de 2025
Galería alta del Museo