sábado, 9 de marzo de 2019

EXPOSICIÓN TEMPORAL

VIDA CONTEMPLATIVA AGUSTINIANA
Madres Agustinas del convento de clausura, de Fregenal de la Sierra 



Fotografías de Juan Carlos Delgado Expósito










































El fotógrafo Juan Carlos Delgado nos acerca a la vida en la clausura del convento frexnense de La Paz. Acostumbrado a salir al campo y usar la bóveda celeste como techo, supuso todo un reto recogerse varias jornadas junto a las Madres que lo habitan.

En sus fotografías busca captar el día a día de las monjas de clausura, para dar a conocer los quehaceres, las costumbres y hábitos de estas mujeres entregadas a la vida contemplativa bajo la Regla de san Agustín.

Para tomarlas, asiste a la oración cotidiana en el coro y a las labores comunitarias en la cocina, el obrador o el huerto, advirtiendo esa conjunción (ora et labora) que regula la vida monástica.

Cuenta el fotógrafo que, en los momentos de recogimiento religioso, en los que nunca nadie había estado allí fotografiándolas, «cada vez que sonaba el clip de mi cámara sentía que estaba profanando algo muy sagrado».

Las sesiones se hicieron con dos cámaras, una en trípode y otra a pulso, y sin flases, en escenarios difíciles, pero que permitieron capturar esa luz tan especial, filtrada por ventanas y puertas, que traslada a quienes contemplan esta muestra a un mundo ignorado.





Galería alta del Museo
Del 12 de marzo al 26 de mayo de 2019

viernes, 1 de marzo de 2019

PIEZA DEL MES / MARZO 2019







































Purificador de dedos
 

Vaso
Plata en su color
5.5 x 8 x 6 cm.
Francisco Muñoz
Taller cordobés
1815    


Plato
Plata en su color
18 Ø x 2 cm.
¿Taller cordobés?
Siglo XVIII    


Toallita
Lino y puntillas
27 x 21 cm.
Labor conventual
Finales del siglo XX


Monasterio de Santa María del Valle, Zafra







Después del Concilio Vaticano II (1962-1965), fue decayendo el rito sacerdotal de purificarse los dedos tras asir el Santísimo Sacramento, que se guardaba en el sagrario, para dar la comunión a los fieles o exponerlo en el altar a la devoción pública.


La regulación previa era, sin embargo, muy estricta. Las rúbricas o reglas prescribían que, tras tomar la hostia con sus dedos, el clérigo debía enjuagárselos. Para ello, en el lado de la epístola del altar, junto al tabernáculo, debía prevenirse un vaso conteniendo agua y una toallita, o purificador propiamente dicho, para humedecerlos y secarlos.


El vaso o bernegal muestra sección oval y base ovoide por lo que necesita apoyarse sobre cuatro pies. De sencillas líneas neoclásicas, es obra del platero cordobés Francisco Muñoz, aprobado como tal en 1792, aunque solo se conoce su producción datada entre 1806 y 1818. La pieza fue contrastada por el fiel Diego de la Vega y Torres en 1815. 


El plato de mazonería parece haber perdido su decoración y punzones por desgaste, probablemente sea también producción de algún taller cordobés, aunque no coevo.


La toallita de lino y bordura de puntilla es labor conventual. Muestra tan solo una cruz de vainica en uno de sus extremos.





 


Marcas:
Del artífice (F./MUÑOZ), del contraste (BEGA/15) y el león rampante de Córdoba.


 



 













Hasta el 31 de marzo de 2019
Galería alta del Museo