sábado, 4 de abril de 2015

EN CLAUSURA (3)

Calvario
Pintura mural del siglo XVI.
Refectorio conventual de Santa Clara.
 


Apropiada para despertar sentimientos devotos, la obra guarda una rigurosa simetría: el centro de la composición lo ocupa Cristo en la Cruz, se trata de una figura serena, delgada que sigue los modelos difundidos en el último tercio del siglo. Su cabeza inclinada acentúa el gesto de dirigirse hacia su Madre que levanta su vista para escuchar sus palabras. A los pies de la cruz, con una evidente expresión compungida, está María Magdalena y a la derecha San Juan. Apoyadas en la cruz están la lanza y la caña con la esponja. A un lado y otro de la escena aparecen las cruces de los ladrones: mientras Dimas, el buen ladrón, consolado por un ángel, se muestra sereno ante la muerte, Gestas, atribulado por una figura diabólica, se retuerce en su árbol. Toda la escena se dispone en un paisaje apenas esbozado, al fondo del cual aparece una ciudad, Jerusalén, y en lo alto el sol y la luna.