Adoración de los Magos
Aguafuerte sobre papel verjurado
28,5 x 20 cm
Miguel Gamborino
Madrid
1827-1830
En Missale Romanum ex decreto Sacrosancti Concilii Tridentini restitutum, Sancti Pii Papae Quinti jussu editum, Summorum Pontificum Clementis VIII, et Urbani itidem VIII, auctoritate recognitum, et novi Missis ex Indulto apostolico hucusque concessis auctum.
Matriti, Typis Regiae Societatis, prela regente Joanne Josepho Sigüenza et Vera, anno 1830.
Monasterio de Santa María del Valle, Zafra
Narra el evangelista Mateo (2 1-12) que unos magos de Oriente vieron una estrella que interpretaron como anuncio del nacimiento del rey de los judíos. Puestos en camino para reverenciarlo, la siguieron hasta Belén dónde el profeta había predicho que vendría al mundo.
La estampa de Miguel Gamborino (1760-1828), que aparece en la edición del Misal Romano de 1830, se ajusta al dictado del evangelista. La estrella en lo alto, detenida «encima del lugar donde estaba el niño». Y cómo los magos, tras haberse apeado de sus camellos, le vieron «con María su madre y, postrándose, le adoraron; abrieron luego sus cofres y le ofrecieron dones de oro, incienso y mirra».
Pero es del gusto del grabador el situar a la Sagrada Familia en el pórtico de unas ruinas monumentales, ajustándose al Neoclasicismo imperante; si bien, conserva cierto barroquismo compositivo y esa luz irreal que surge del Niño Dios.
El valenciano Gamborino inició su formación en la Academia de San Carlos. Tras pasar por Barcelona, acaba instalándose en Madrid en 1785. Estudiante en la Real de San Fernando pronto empezaría a trabajar para la Imprenta Real. Precisamente para una de sus publicaciones grabaría un retrato del entonces joven zafrense Juan Álvarez Guerra. Quién sabe si el propio Gamborino se autorretrataría en ese personaje, ajeno a la escena, que nos mira fijamente tras el rey Baltasar.
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Hasta el 31 de enero de 2020
