jueves, 1 de octubre de 2020

 






















V Ciclo Juan Vázquez (2020)

«MAESTROS ESPAÑOLES DEL S. XVIII Y SU LEGADO MUSICAL EN LOS CENTROS RELIGIOSOS EXTREMEÑOS»

 

 

El Instituto Extremeño de Canto y Dirección Coral retoma la actividad del ciclo Juan Vázquez con la presente edición que tiene por objeto el conocimiento de la música y músicos españoles relacionados con Extremadura. Así, en el club de lectura se podrán montar, leer y escuchar obras transcritas directamente desde fuentes originales manuscritas de maestros españoles del s. XVIII conservadas, principalmente, en centros religiosos extremeños. También se darán a conocer otros repertorios de maestros relacionados con Guadalupe (Cáceres), Zarza la Mayor (Cáceres) y Zafra (Badajoz).

https://www.indiccex.es/2020/09/21/ciclo-juan-vazquez-actividades-transversales/

 

IMPORTANTE
Se podrá asistir al concierto con invitación.
El aforo es de 52 personas.
Sanidad Pública nos obliga a llevar un registro de los asistentes que incluya nombre y apellidos y teléfono, por si hubiese contagio.
Quiénes deseen asistir deben acercarse al Museo para que tomen nota de sus datos.
Después les comunicaremos si tienen plaza o no.





PIEZA DEL MES / OCTUBRE 2020


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Alegoría de las virtudes de sor Margarita de la Cruz
Grabado calcográfico a buril
19.8 x 13.4 cm
Pedro Perrete
Madrid, 1636

Monasterio de Santa María del Valle, Zafra


Sor Margarita de la Cruz (1567-1633) fue una monja clarisa de alcurnia imperial: era hija y nieta de emperadores y hermana del rey Felipe II. 

Tenía una vocación religiosa tan profunda que abandonó las pompas mundanas a las que estaba destinada, para recluirse en el monasterio de las Descalza Reales, cercano al Real Alcázar de Madrid.

Esta hagiografía fue escrita por su confesor el franciscano Juan de Palma, por encargo del rey Felipe IV, su sobrino nieto, e impresa en la Imprenta Real en 1636. El objetivo de tan rápida publicación, a tan solo tres años de su fallecimiento, buscaba que su virtuosa vida de claustro sirviese para iniciar su proceso de beatificación.

Se enriquece el libro con estampas del grabador barroco Pedro Perret o Perete (c.1610-1639), hijo y discípulo del grabador flamenco Pedro Perret. Ambos estuvieron al servicio de la Casa Real, pero su corta vida hizo que alguno de sus grabados se atribuyera a su progenitor.

Uno de sus mejores trabajos es la serie de nueve estampas, incluida la portada, que forman parte de esta obra. En la última vemos a dos angelotes que descubren el lecho mortuorio de la infanta monja. Amortajada con el hábito de las clarisas, porta un crucifijo entre sus manos y está cubierta de flores. Alrededor seis mujeres alegorizan las virtudes que ornaron su existencia: caridad y esperanza, en primer término, y religiosidad, pobreza, fe y humildad, detrás del lecho.


Vida de la Serenísima Infanta sor Margarita de la Cruz Religiosa descalça de S. Clara. Dedícala al Rey Nuestro Señor Philipe IIII el P.F. Ioan de Palma Definidor General de la Orden de San Francisco Confesor de Su Alteza Hijo de la S. Prouincia de Los Ángeles. Con Preuilegio En Madrid. En la Inprenta Real. Año de 1636.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Galería alta del Museo
Hasta el 31 de octubre de 2020

 


 

martes, 1 de septiembre de 2020

PIEZA DEL MES / SEPTIEMBRE 2020

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Patenas e hijuela
Plata dorada
0.8 x 13.7 Ø cm
0.6 x 12 Ø cm
0.5 x 8.7 Ø cm
Siglo XVI-XIX
Monasterio de Santa María del Valle, Zafra



La patena es un platillo de metal noble, circular y levemente cóncavo en su centro, que sirve en la Liturgia Eucarística para contener la hostia, la forma redonda y delgada de pan ácimo que se consagra y consume. 

La patena ha evolucionado con el tiempo. En los primeros siglos, algunas eran como bandejas en las que se recogían las ofrendas de pan que, ya consagrado, se distribuían entre los feligreses asistentes. 

Durante el Medievo, cambia la liturgia y se acentúa el celo respecto de la Comunión, así como su consumo frecuente, lo que lleva al uso de la patena sólo por los sacerdotes, a su reducción de tamaño y a la utilización de plata u oro en su manufactura; si bien, se permitía su ornamentación con relieves, esmaltes e, incluso, cabujones.

Después del Concilio de Trento, se vuelve totalmente lisa para extremar su aseo y pulcritud como vaso sagrado que había de contener el Cuerpo de Cristo. De ahí nacen las expresiones populares «limpio como una patena» o «más limpio que una patena» o, sencillamente «como una patena».
La hijuela, que las acompaña, cubría la hostia antes del Ofertorio; mas, es raro que sea de plata, lo usual es que fuese de tela bordada y acartonada.

 

 

 

 

 

Galería alta
Hasta el 30 de septiembre de 2020