El Aleluya, que se
celebra el domingo de Resurrección, es una de las tradiciones zafrenses más arraigadas.
Los niños acudían con corderitos adornados con lazos u otros motivos
decorativos a La Pradera, donde se
comía y celebraba la Resurrección de Cristo. Ahora se celebra en la ermita de
Belén, como un anticipo del próximo Cuasimodo.
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