Candelabros
Plata en su color, torneada,
cincelada y grabados mecánicos
20,5 x 29 x 12 cm Ø base
Francisco de Paula Martos
Taller cordobés
1816
Monasterio de Santa María
del Valle, Zafra
Marcas:
Del
artífice Francisco de Paula Martos (F/MARTOS), del contraste Diego de la Vega y
Torres (VEGA/16) y el león rampante de Córdoba.
Con la
noche, las casas era necesario iluminarlas y las familias acomodadas usaban una
serie de piezas, entre las que candelabros y candeleros eran las más usuales.
En las
salas de recibo eran labradas en plata, lo que devela su gusto por la
fastuosidad; mientras que en las privativas eran o podían ser de otros
materiales menos costosos.
La
diferencia entre ambas estriba en que los candeleros solo sostienen una candela
y los candelabros tienen dos o más brazos para aguantar otras tantas.
Los
candelabros eran muy usuales en el mundo antiguo, desde el candelabro de los
siete brazos colocado ante el tabernáculo del Templo de Jerusalén a los que
colmaban los templos griegos o romanos. Pero, la liturgia de la Iglesia
católica no los permite sobre el altar, donde han de usarse solo candeleros.
Este
juego, que se expone, sigue modelos de la platería civil de la época de Carlos
IV. Son piezas versátiles ya que puede usarse indistintamente con tan solo
quitar los brazos: así podían ser utilizados tanto para iluminar estancias, como
el altar del oratorio familiar.
Constan
de peana circular con cenefas de ondas, palmetas y contarios, astil cilíndrico inspirado
en una columna; sobre él que se inserta la pieza formada por dos brazos muy
sobrios, en forma de S, que sostienen los mecheros.
Estas
piezas del platero Francisco de Paula Martos y Román (1775-1850), uno de los
más afamados artífices del neoclasicismo cordobés, probablemente fueron donadas
al convento por alguna familia devota.