Emblema de san Ignacio de Loyola
Plata en su color, cincelada, repujada, burilada, calada y fundida
28.3 x 16 x 2.2 cm
Sin marcas. Taller andaluz
Siglo XVIII
28.3 x 16 x 2.2 cm
Sin marcas. Taller andaluz
Siglo XVIII
Monasterio de Santa María del Valle, Zafra
Hasta mediados del pasado siglo, en la iglesia conventual se conservaba un retablo dedicado a la Virgen de la Antigua, que conocemos a través de una fotografía parcial, tomada por el catedrático Diego Angulo en 1927, que guarda la Fototeca de la Universidad de Sevilla. En ella se ve, además, una talla de san Ignacio de Loyola, que sostiene con su mano derecha este emblema iconográfico.
Vendido el retablo, la imagen pasó a la sacristía y de ahí a la iglesia del colegio de Villafranca de los Barros.
El emblema, que desconocemos porqué se quedó en el convento, es una pieza sencilla en la que se advierte el punteado del diseño realizado por el platero para comenzar su labor de cincelado en algún taller sevillano o cordobés de la segunda mitad del siglo XVIII.
Consta de un mango del que surge un sol radiante, con rayos rectos y flameantes, en cuyo centro se muestra recortado el antiguo monograma IHS, abreviatura del nombre de Jesús en griego, que ha sido desarrollado en latín como Iesus Hominum Salvator o Jesús salvador de los hombres, traducido al castellano.
Fue el propio Loyola, uno de los fundadores de la Compañía de Jesús, quien adoptó en su sello como general de la orden dichas siglas rematadas por una cruz. Posteriormente fue asumido, rodeado de rayos, como emblema jesuítico.
Galería alta del Museo
Hasta el 30 de agosto de 2020