martes, 1 de enero de 2019

PIEZA DEL MES / ENERO 2019































La liturgia está llena de símbolos y de signos que, aunque ninguno es fútil, por impericia a veces caen en desuso. Así viene ocurriendo con el cubrecopón: un paño de seda, tul o encajes, en ocasiones con bordados, al que se da forma circular o cruciforme, para cubrir el copón en el que se reserva el Santísimo Sacramento.

Como vaso sagrado, normalmente el copón es de metal precioso y forma de copa semiesférica, con tapa rematada en cruz. El sentido de cubrirlo es advertir a los fieles de que contiene hostias consagradas. Por ello, durante la Misa y antes de la Consagración, permanece descubierto y solo se vela justo antes de guardarlo en el sagrario, tras la Comunión.

Desde un punto de vista simbólico, evoca la tienda que cubría el Arca de la Alianza durante el Éxodo judío hacia la Tierra Prometida y el velo del Sancta Sanctorum del Templo de Jerusalén. 

El cubrecopón, obra de alguna de las monjas que habitaron el convento a principios del pasado siglo, tiene forma de capillo y está hecho en tisú de plata, con flecos y fimbria dorados. Lleva una decoración de roleos bordados con hilos dorados, lentejuelas y tachones de cristal, que flanquean una custodia u ostensorio de idéntica labor. 





Cubrecopón
Tela, cristal, lentejuelas e hilos metálicos
15 x 51 cm
Labor conventual
Principios del siglo XX

Monasterio de Santa María del Valle, Zafra 


Hasta el 31 de enero de 2019
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