miércoles, 31 de julio de 2019
PIEZA INVITADA / JULIO-SEPTIEMBRE 2019
Nuestra Señora de los Remedios
Madera,asta, cristal, tejidos y plata en su color
168 x 62 x 45 cm
Finales del siglo XV, principios del siglo XVI
Iglesia de Nuestra Señora de Candelaria, Zafra
En el crucero de la antigua Colegial se alza el retablo de “Los Remedios”, una pieza de traza clasicista que enmarca nueve lienzos de Zurbarán y su taller. En su única hornacina, hasta los pasados años setenta, se veneraba esta imagen que fue, entonces, retirada del culto por considerarse carente de valor artístico.
Nuestra Señora de los Remedios, el icono mariano que mayor devoción concitaba en la Zafra de la Edad Moderna por su fama milagrosa, despreciada, primero, e ignorada, después, ha permanecido en un almacén parroquial deteriorándose hasta que ha sido rescatada y restaurada a la espera de volver al retablo al que da nombre.
Su rostro ovalado de expresión solemne, su sonrisa intuida y sus afectuosas manos de dedos largos y delicados, nos hablan del hacer imaginero aún medievalizante a caballo entre los siglos XV y XVI. Tiempo después, fue retallada para poder ser vestida y sustituida o añadida la imagen del Niño.
La talla procede de la iglesia que hubo en medio de la actual plaza Grande. Dentro se encontraba el “altar de San Ildefonso”, en él que obtendría cobijo, que mantuvo en el que se instaló, décadas después, con idéntica advocación en el nuevo templo. Así refiere un inventario de 1633, realizado diez años antes de que Alonso de Salas Parra encargase el retablo zurbaranesco.
Desde el siglo XVI hasta finales del XVIII, la Virgen procesionaba el Jueves Santo, enlutada, acompañando al Cristo yacente, en la comitiva penitencial de la cofradía de la Vera Cruz.
Del 25 de julio al 22 de septiembre de 2019
Sacristía conventual
lunes, 1 de julio de 2019
PIEZA DEL MES / JULIO-AGOSTO 2019
Virgen del Rosario
Panel de cerámica vidriada
57.2 x 42.9 cm
Taller de Triana
Sevilla
Mediados del siglo XVII
Museo Santa Clara, Zafra
A lo largo de más de un milenio, en el barrio sevillano de Triana se ha venido trabajando el barro de forma ininterrumpida para producir en sus alfares todo tipo de vasijas de loza y azulejos.
De alguno de aquellos obradores salió este panel compuesto de doce azulejos lisos o pisanos, como se les llama en Sevilla, tal vez, por el origen italiano de la técnica pictórica utilizada.
Sobre un fondo blanquecino, se representa a la Virgen con el Niño, bajo la advocación del Rosario por los que portan en sus manos. María, a pesar de mostrarse con la cabeza inclinada y la mirada modesta, aparece coronada como reina y erguida sobre la luna, cual mujer apocalíptica. Mientras que su Hijo bendice y mira fijamente al devoto.
Rodea las santas imágenes un rosario de cien cuentas, con diez rosas ambarinas dispuestas a intervalos regulares de la sarta. Lo habitual es que fuesen cincuenta, como tienen los que portan en las manos. El circundante es la corona de los cien réquiems, que se reza en alivio de las almas del Purgatorio.
El panel, que quizá formase parte de un frontal de altar, se hallaba sobre la cratícula del coro bajo de la iglesia conventual de dominicas de Santa Catalina.
Fue traspasada a un panel y restaurada por Baltasar Piédrola en 2011.
Hasta el 31 de agosto de 2019
Galería alta del Museo
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