Matrices de sellos de pan y repostería
Madera
5 cm Ø x 2.5 cm
6.5 x 4 x 1.5 cm
Siglos XVII-XVIII
Monasterio de Santa María del Valle, Zafra
En el pasado el pan o la repostería se elaboraban en las casas y, después, se llevaban a los hornos públicos. Para evitar que las masas se confundieran tras su cocción, se acostumbraba desde la antigüedad a marcarlas con sellos de metal, cerámica o madera.
Esta práctica del sellado se empleaba también en los conventos, pues hasta el siglo XIX se permitía a algunas monjas seguir la llamada “vida particular” y disponer de celdas propias, ciertas ventajas alimenticias e, incluso, tener servidumbre. Como el horno era común para toda la comunidad, el uso de sellos se volvió necesario.
De las dos matrices expuestas, la romboidal está incompleta al faltarle el mango. En el campo, llevaba la cruz de la Orden de Santiago, sobre la que se grabó después una tosca cruz patada. En la orla, invertido para que al sellar la masa lo viésemos al derecho, lleva el lema latino «SI DEVS/ PRO NOBIS/ QVIS CON/TRA NOS», que puede traducirse como «si Dios está por nosotros ¿quién contra nosotros?», tomada de la Epístola a los Romanos (8,31) de San Pablo.
La otra matriz es cilíndrica y tiene las dos caras labradas. Se usaría probablemente para marcar galletas o pastillas, como se denominaban algunos tipos de repostería del pasado. En el anverso, el campo trae un corazón y una llave y, en la orla, la sentencia «ABRE Y VERAS LA VERDAD». Presentada como un jeroglífico, podría interpretarse como con esta llave (la fe) abre tu corazón y verás la verdad (Cristo). En el reverso, se muestra una cruz de ocho puntas o de San Juan, también conocida como cruz de Malta.
Hasta el 30 de noviembre de 2017
Galería del Museo