Óleo sobre hojalata
34 x 24.7 cm
Anselmo ¿Hidalgo?
1789
Monasterio de Santa María del Valle, Zafra
Como padre nutricio de Jesús, san José debió ser una figura esencial en sus primeros años, sin embargo los Evangelios apenas se refieren a él y uno ni lo nombra. Lo contrario de lo que ocurre con los Apócrifos que se convertirán en fuente para su representación.
En los episodios de la infancia de Cristo ocupa un papel secundario hasta que en el siglo XVI, con el auge de su devoción, su protagonismo se acrecienta, al tiempo que el imaginado anciano se transforma en un hombre adulto pleno de facultades.
En el Barroco abundan sus imágenes llevando al Niño de la mano para reafirmar su misión de maestro o guía, pero son más frecuentes las que como padre protector lo acoge entre sus brazos. Casi en todas, porta la vara florida en alusión a su elección divina para esposo de la Virgen.
Cuan padre amoroso se nos muestra este rubicundo José que sostiene y besa a su Hijo putativo. La elegante orla floral con roleos y rocallas lleva en las tarjas las abreviaturas de Jesús y María y el nombre de «Josef»: la Sagrada Familia, la Trinidad terrena o jesuítica.
Firmada por un desconocido «Anselmo», quizá esté vinculado con la familia coeva de pintores extremeños apellidada Hidalgo.
