Busto-relicario del papa Esteban I
Madera policromada, dorada y estofada, cristal y telas
29.8 x 22 x 13.6 cm
Taller madrileño
Hacia 1600
Monasterio de Santa María del Valle
El busto-relicario de Esteban I, que murió martirizado en el siglo III, nos muestra al papa revestido con la pompa pontificia usual a finales del siglo XVI.
Así, sobre sus hombros, lleva una capa pluvial roja adamascada, revelando el oro de fondo con un rajado de líneas y círculos, que se remata con una cenefa verde ornada con un estarcido de roleos dorados.
Sobre la cabeza lleva dos insignias exclusivamente papales: el camauro, una prenda de terciopelo rojo y armiño blanco, colores que la escultura no refleja en su policromía, y la tiara, un tocado cónico con tres coronas decrecientes y remate en orbe y cruz, de la que penden las ínfulas, dos cintas doradas que caen sobre la espalda.
La reliquia, envuelta en tisú verde, se guarda en la teca oval. Es probable que, como el mártir fue enterrado en el cementerio de Calixto, su reliquia fuese tomada de allí por el segundo duque de Feria, durante su estancia en Roma. De donde pasa a formar parte de la colección ducal de relicarios y reliquias que envía al Convento de Santa Clara en 1603.
Al papa Esteban I, cuyo corto pontificado se extiende del 254 al 257, le cupo la desaprobación de los cristianos apóstatas y libeláticos surgidos durante la persecución de tiempos del emperador Decio (249-251). Entre ellos estuvo Marcial, obispo de Mérida, que fue apartado de su sede por negar su fe al aceptar el libellus, un certificado falso de haber dado culto a los dioses paganos.
