viernes, 27 de enero de 2012

EL MUSEO RESTAURA (2)

Las tablas de los santos Pedro y Pablo restauradas

Óleo, 49 x 22 cm. Siglo XVII
Parroquia de la Candelaria



Estado tras la restauración



Estado inicial de las obras. Evaluación de daños:
Suciedad superficial. Ataque xilófago. Pérdida de policromía y estuco. Repintes puntuales y salpicaduras de barnices. Zonas afectadas con quemaduras. Pérdidas volumétricas de soporte.

Proceso de conservación y restauración:
Limpieza de la policromía con disolventes aplicados con hisopos de algodón más medios mecánicos (bisturí).
Eliminación de purpurinas con disolventes de rápida evaporación
Desinsectación con Xylamon mediante jeringuilla en todos los agujeros provocados por el ataque de insectos xilófagos.
Sellado de agujeros de carcoma y de faltas de la madera con pasta de madera
Aplicación de tapaporos celulósico en el reverso.
Unificación del reverso mediante una capa de tinte y cera.
Reintegración de lagunas en la preparación con estuco de restauración elaborado con sulfato de cal.
Reposición del arco y columnas con estuco mediante la técnica de bajo nivel
Reintegración con acuarela y matización con pigmentos restauro con la técnica de los 3 colores (amarillo, rojo y verde)
Reintegración con restauro de dorados
Reintegración de la policromía con acuarela de pigmentos puros y matización con pigmentos al barniz Restauro Maimeri.

Recomendaciones de conservación:
La humedad y temperatura a la que se debe mantener la obra tienen que ser lo más estables posible ya que con las fluctuaciones, sobre todo si son bruscas, se corre el riesgo de que sufra alteraciones físicas, químicas y/o biológicas; el rango idóneo sería de 18ºC +/- 2ºC para la temperatura, y un 60% +/- 5% para la humedad relativa.
No hay que colocar la obra bajo los rayos del sol o de fuentes de luz directa demasiado cercanas por que pueden dañar la policromía, recalentar los materiales dando lugar a su contracción, y favorecer la proliferación biológica.
Para evitar los daños irreversibles que el fuego produce lo mejor es que no se ubique cerca de velas, material inflamable o cualquier otro sistema que pudiera hacerla arder.
También hay que alejarla de posibles focos de infestación como humedades, maderas atacadas por xilófagos o mohos, o lugares donde puedan acceder pájaros o roedores.
Se recomienda que el restaurador realice un seguimiento periódico, al menos una vez al año, para controlar la evolución de la obra y poder solventar así posibles futuras alteraciones

Taller de Restauración: VICTORIA POLO SERRANO. Zafra 2011-12.