miércoles, 28 de septiembre de 2016

586 AÑOS DE VIDA CONVENTUAL ININTERRUMPIDA: MONASTERIO DE CLARISAS DE SANTA MARÍA DEL VALLE DE ZAFRA









































En el acta notarial de la erección del monasterio y bendición solemne de su solar, fechada el 25 de septiembre de 1430, se señala que este «se edificava e labrava dentro de los muros de la nueva cerca e adarve que se faze en la dicha villa, que se tiene en linde con la eglesia e hermita de Sancta Marina de Pumares, en linde de casa de Domingo García e el arroyo que dizen de los Pelambres e otros linderos».
Dicha ceremonia había comenzado con un acto en el que Elvira Laso de Mendoza, primera Señora de Feria, presentaba la bula pontificia de autorización de apertura del monasterio al obispo de Badajoz fray Juan de Morales, quien la leyó, besó y puso encima de su cabeza en señal de reverencia y acatamiento. 

Tras revestirse de pontifical y cubrirse con la mitra, el obispo se puso a la cabeza de una procesión que recorrió el sitio destinado al monasterio. Fray Juan señaló y bendijo el lugar de la iglesia y de la clausura «que son dentro de los çimientos començados», y el lugar del cementerio que se dispuso fuera de ellos desde «ambas las esquinas de la dicha eglesia fasta la calle del camino público que viene de la dicha eglesia de Sancta Marina». 
Tras consagrar el altar de la iglesia, el obispo de Badajoz «cantó missa e celebró el diuinal oficio», proclamó que imponía a la iglesia y claustro el nombre de Santa María del Valle y otorgó a la iglesia, monasterio y a las monjas del mismo «todas las reglas e graçias e indulgencias e exençiones e preuilegios que auía el monesterio de Santa Clara de Terdesillas».
Al día siguiente, tuvo lugar la ceremonia de toma de posesión. Estando dentro de los cimientos del monasterio, el franciscano fray Juan del Río, como procurador de las monjas, pidió al obispo que le diese la posesión «ceuil e natural del dicho monesterio e de su dote». El obispo lo aceptó y le condujo a la iglesia, donde el fraile, después de recorrerla, «tomó una piedra en la mano en sennal de possessión e lançó fuera al dicho sennor obispo e a la dicha donna Eluira Lasso de Mendoça e a todos los otros que ende estauan», quedándose él dentro en señal de haber asumido la propiedad.
 

Para saber más, vea RUBIO MASA, Juan Carlos, El mecenazgo artístico de la Casa ducal de Feria, ERE, 2001. Pinche aquí para descargar el texto íntegro del libro