CRUZ DE LOS EVANGELISTAS
Madera, metal y cristal
48.5 x 31.5 x 1.2 cm
Siglo XVII
Monasterio de Santa María del Valle, Zafra
Esta sencilla cruz relicario, que lleva inscritos los nombres de los cuatro evangelistas con un punteado metálico sobre la madera, nos recuerda que la cruz es uno de los símbolos más antiguos y difundidos de Oriente a Occidente, aunque con significaciones diversas según las culturas: numerológicas, de oposición entre la tierra y el cielo, de encrucijada entre la vida y la muerte o de espejo del fuego o del sol.
Será con el cristianismo cuando la cruz adquiera nuevos significados al convertirse en símbolo de la pasión de Cristo, de su victoria sobre la muerte y de la redención del género humano.
Los primeros cristianos, dado su uso patibulario entonces, tenían cierta aversión a representarla, pero no a signarse y venerarla. De ahí cobra sentido el episodio del hallazgo o «Invención de la Santa Cruz», que La Leyenda Dorada atribuye a Santa Elena, madre del emperador Constantino.
El descubrimiento en Jerusalén de la Vera o Verdadera Cruz, bajo un templo levantado a Venus por el emperador Adriano sobre el Gólgota, lo sitúa la tradición hacia el año 325 y la Iglesia lo celebra el 3 de mayo.
Es la Fiesta de las Cruces o de La Cruz de Mayo, en la que se quiere ver resquicios de ritos paganos ancestrales.
En Extremadura se celebra con intensidad en la villa de Feria. En secreto, los vecinos visten habitaciones-santuario con tules, gasas y rasos, donde exponen sus cruces abrazadas por laboriosas coronas de flores de talco y papel. Suntuosos árboles crucíferos que procesionarán sobre sus hombros en un colorido desfile callejero.
Y al anochecer, en la plazuela, el auto sacramental La Entrega escenificará la milagrosa develación de la Santa Cruz.