A
Sor Dolores Vidal del Río
A Maricarmen
Rodríguez del Río
Recuerdo aquel veintidós
de enero de hace diez años, en el que se inauguraba el Museo, con un
aroma aún fresco, como si el reloj se hubiese detenido y la ilusión y
desasosiego de aquel día de estreno permanecieran. Pero, acorde, la
memoria evoca la efectiva distancia que se percibe al resonar en nuestra
mente lo hecho en estos años, los cambios que se han producido, el
devenir agridulce de la cotidianidad o la madurez sobrevenida… Y,
entreverada, brota la congoja por aquellos que nos dejaron.
Aquel veintidós de enero fue un
día frío, pero hermoso. Se cumplían muchas expectativas. Lográbamos ver los
frutos de una larga gestación que había comenzado a mediados de los noventa,
cuando José María Moreno y yo recorríamos el convento hasta acceder a su
archivo. Imaginábamos, especulábamos, entonces, con lo que hoy es una realidad,
ya madura. A veces los sueños se cumplen. Ya he contado en algún lugar como se
concitaron favorables disposiciones para alcanzar su apertura: primero de la
abadesa y Comunidad de clarisas, después de dos Corporaciones municipales
sucesivas y, por último, de la Red de Museos de Extremadura que asumió el
proyecto museológico que presentamos y lo hizo visible. Varios años habían ocupado
las obras de rehabilitación de los espacios conventuales, dirigidas por el
arquitecto Manuel Fortea, a cargo del 1% Cultural. Finalizadas, en tan
solo quince meses el Museo abrió sus puertas: en septiembre de 2005
presentábamos el proyecto museológico; enseguida, la Red de Museos encargaba el
proyecto museográfico y, en 2006, la empresa e-Cultura se encargaba de materializarlo. Al tiempo, se restauraban
piezas significativas de la colección para su adecuada exposición por encargo
de la Dirección General de Patrimonio de la Junta de Extremadura.
Aquel veintidós de enero fue un
día frío, es cierto, pero hermoso. La capilla conventual, transformada durante
unos minutos en salón de acogida para inaugurar el Museo, estaba llena y había
gente esperando poder acceder. Los cuatro sillones, colocados en la cabecera, fueron
ocupados por Dª. María Antonia Trujillo Rincón, Ministra de la Vivienda; D. Francisco
Muñoz Ramírez, Consejero de Cultura de la Junta de Extremadura; D. Santiago García
Aracil, Arzobispo de Mérida-Badajoz; y D. Manuel García Pizarro, Alcalde de Zafra.
Las monjas ocupaban la Capilla Ducal. Comenzado el acto se sucedieron, como es
habitual, discursos y parabienes. Tras la firma de las autoridades en el Libro
de Honor, se inició la visita a las salas musealizadas. La Directora de la Red
de Museos Pilar Caldera, a quien acompañaba, mostrábamos a la comitiva el
discurso museístico, aunque no sin ciertas dificultades ajenas al público que
abarrotaba las salas. Mucho más tranquilo había resultado el recorrido, previo
al acto inaugural, con nuestro Arzobispo; quien, dadas entonces sus
dificultades para andar, había preferido evitar la previsible aglomeración
posterior.
Grupo de guías voluntarios en 2007 |
Al siguiente día, el veintitrés de enero, el Museo recibía ya al público. Justa Tejada, en la recepción, y los guías voluntarios dispuestos a recibir y guiar a los visitantes. Meses antes se había creado la Asociación de Amigos del Museo y del Patrimonio de Zafra con varios objetivos, uno de ellos era crear y formar un cuerpo de voluntarios que guiasen a los usuarios del Museo por sus salas.
Ese día, veintitrés de enero, parecía que todo estaba hecho y, en principio, podría pensarse así: la exposición estaba montada y había una persona para abrir y cerrar el Museo. Pero, esta idea de Museo sin vida, que solo exhibe piezas para visitantes y curiosos, era entonces ya una idea trasnochada, decimonónica, que no cumplía con las expectativas que deben esperarse de un Museo actual. Como encargado de su gestión, creí que lo más adecuado era intentar que el Museo Santa Clara se pareciese lo más posible a la definición que de los Museos daba el Consejo Internacional de los Museos (ICOM). Precisamente, ese mismo año, en la Asamblea General que se celebró en Viena, el ICOM actualizó la definición de Museo como «una institución permanente, sin fines de lucro, al servicio de la sociedad y abierta al público, que adquiere, conserva, estudia, expone y difunde el patrimonio material e inmaterial de la humanidad y su ambiente con fines de estudio, educación y recreo». Era y es difícil aún hoy, aplicar este concepto tan novedoso de Museo al de Santa Clara, ya que carecemos de la dotación presupuestaria y del funcionariado suficiente para ponerlo en práctica. Pero, había que intentarlo. Había que usar la imaginación y suplir estas carencias con el voluntariado y la colaboración puntual con instituciones diversas o con quienes se sientan ligados de una manera u otra al Museo o a la ciudad de Zafra.
Grupo de guías voluntarios en 2017 |
Pero, un museo es mucho más o debe serlo si
queremos considerarlo como tal. Por ello, vamos a ir desgranando la definición
conceptual de Museo y ver que hemos podido hacer al respecto. Sigue diciendo la
definición: un Museo «adquiere…».
Este de Santa Clara, carece de caudales para la adquisición de obras, pero
desde que se inauguró sus fondos han crecido en cerca de 200 piezas más,
fundamentalmente de arte contemporáneo; aunque no faltan piezas antiguas como
el Niño Jesús Piconero, la Luna de plata o el ejemplar de la
primera edición del Tratado de Ajedrez
de Ruy López de Segura. Todas donadas al Museo por artistas o por sus
propietarios que consideran al mismo como una institución señalada para su
conservación y exposición. En este año 2017 hemos recibido tres donaciones: la
familia Álvarez Bustamante ha donado cuatro documentos, destacando el manuscrito “Protocolo General de toda la
Hacienda, que al presente tiene este convento de la Cruz de Cristo de esta
villa de Zafra…”, fechado en 1746. Un libro encuadernado en madera encorada con
cierres de bronce que consta de 1.908 páginas numeradas, más índices y tres
hojas miniadas al principio. Dª. María del Carmen Peláez Tovar ha cedido un
óleo sobre lienzo (84.5 cm x 62 cm), que representa seguramente a Santa Brígida
de Suecia, obra de la segunda mitad del siglo XIX y firmado por P. C. Bejarano.
Y, por último, el pintor extremeño D. Pedro Castaño ha entregado su obra “Vista
de Zafra”, óleo sobre lienzo (81 cm x 100 cm), que representa una vista de la
colegiata y del caserío de la ciudad desde el palacio ducal. A todos ellos, los
donantes de este año y de los precedentes, gracias por confiar en el Museo como
lugar donde conservar el patrimonio donado.
Un Museo
«conserva…». Todas esas obras donadas, junto
con las de la colección conventual y las depositadas las custodia el Museo
Santa Clara, pero la función a que se refiere la definición es a algo más
técnico. Por ello, el Museo se preocupa de que todas esas obras no sufran con
el paso del tiempo y se restauren las que así lo hayan sufrido, de acuerdo con
sus posibilidades. Para poder llevarlo a cabo, aparte de las obras restauradas
por la Dirección General de Patrimonio de la Junta de Extremadura (diez
lienzos, el retablo mayor y el relicario), conseguimos que una serie de
grabados fuesen restaurados por la Escuela de Restauración de la Comunidad de
Madrid y que los Amigos del Museo encargasen la restauración de tres obras a la
restauradora local Dª. Victoria Polo. Pero quizá sea el convenio con la
Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Sevilla para realizar Campañas de
Restauración de verano, lo más sobresaliente por su duración en el tiempo y
lógicamente por la cantidad de obras restauradas. Ya son seis las campañas que
se han sucedido. En los veranos, dirigidos por miembros de dicha Universidad,
especialmente el profesor Francisco J. Sánchez Concha, licenciados y graduados
hacen sus prácticas en el Museo y convento. Todo realizado con la autorización
de la Dirección General de Patrimonio y las aportaciones económicas del
Ayuntamiento de Zafra y de los Amigos del Museo se han restaurado cerca de cuarenta
piezas en estas campañas veraniegas.
Un Museo
«estudia…». Todas las piezas restauradas
han sido estudiadas con detalle. Pero no es eso exclusivamente a lo que se
refiere la definición. Uno de los trabajos de los conservadores y museólogos es
el inventario del patrimonio. Desde antes de la apertura del museo, comenzamos
el inventario detallado del patrimonio conventual. Cada pieza tiene su ficha
digital. Es una tarea enorme, que lleva varias fases en el tiempo. Conocer y
estudiar el patrimonio es fundamental para su conservación y difusión, por eso
hemos extendido este trabajo a la antigua Colegiata de la Candelaria.
Un Museo «expone…». Es evidente que el museo es una exposición, sin ella no podría entenderse. Y posee una colección permanente. Pero, no nos hemos contentado con mantener esto solo. Para dinamizar el Museo y para difundir además el patrimonio, junto a ella iniciamos en abril de 2007 el programa «La Pieza del Mes», desde entonces acá, todos los meses hemos ido presentando obras del patrimonio conventual o de Zafra para conocimiento y disfrute de propios y visitantes. De vez en cuando hemos ofrecido el programa «La Pieza Invitada», en el que hemos expuesto piezas singulares del arte zafrense en manos particulares o de otras instituciones. Y, además, hemos organizado en estos años quince exposiciones de las que trece han sido de producción propia del Museo y dos en colaboración con otras instituciones. Queremos destacar la primera exposición temporal del Museo: Mirabilia Varia. Exposición colectiva y la instalación: Intraextramuros de Yolanda Pérez, en colaboración con el CPR de Zafra (27/XI/2008 – 4/I/2009). En los siguientes años se sucedieron entre otras: Las mil y una lenguas del Quijote (20/XI/2012-20/I/2013); Bajo la Luz de Clara. Exposición conmemorativa del VIII Centenario de las Clarisas (16/II – 21/IV/2013); José Manuel Salazar. Pinturas y grabados (7/XII/2013 – 12/I/2014); 300 años de Humildad y Paciencia (18/II – 23/III/2014); Santa Teresa y el Carmelo Descalzo en Zafra (19/V – 21/VI/2015); Cervantes en Zafra. El personaje y su obra. IV Centenario de la muerte de Cervantes (23/IV – 29/V/2016). En este último año, al celebrar, como venimos diciendo el décimo aniversario, hasta ahora hemos desarrollado tres exposiciones: Fernando Moreno Márquez. Retratos de un tiempo desolado (22/I – 5/III), Pasión (8/IV – 7/V) y Maria Museum Visitat, de Paco Sánchez (31/V – 2/VII) y tenemos previstas y en elaboración: una, sobre el viaje del embajador D. García de Silva y Figueroa a Persia en el siglo XVII; otra, sobre las piezas donadas al Museo en estos años y, una tercera, sobre Benjamín Palencia. Todas estas exposiciones han sido posibles merced a la colaboración de zafrenses desinteresados que ha ofrecido sus obras para que temporalmente puedan exponerse en el museo y sean disfrutadas por sus conciudadanos. Gracias y nuestro reconocimiento a todos ellos.
Quinta Campaña de Restauración de Verano, 2016 |
Sexta Campaña de Restauración de Verano, 2017 |
Un Museo «expone…». Es evidente que el museo es una exposición, sin ella no podría entenderse. Y posee una colección permanente. Pero, no nos hemos contentado con mantener esto solo. Para dinamizar el Museo y para difundir además el patrimonio, junto a ella iniciamos en abril de 2007 el programa «La Pieza del Mes», desde entonces acá, todos los meses hemos ido presentando obras del patrimonio conventual o de Zafra para conocimiento y disfrute de propios y visitantes. De vez en cuando hemos ofrecido el programa «La Pieza Invitada», en el que hemos expuesto piezas singulares del arte zafrense en manos particulares o de otras instituciones. Y, además, hemos organizado en estos años quince exposiciones de las que trece han sido de producción propia del Museo y dos en colaboración con otras instituciones. Queremos destacar la primera exposición temporal del Museo: Mirabilia Varia. Exposición colectiva y la instalación: Intraextramuros de Yolanda Pérez, en colaboración con el CPR de Zafra (27/XI/2008 – 4/I/2009). En los siguientes años se sucedieron entre otras: Las mil y una lenguas del Quijote (20/XI/2012-20/I/2013); Bajo la Luz de Clara. Exposición conmemorativa del VIII Centenario de las Clarisas (16/II – 21/IV/2013); José Manuel Salazar. Pinturas y grabados (7/XII/2013 – 12/I/2014); 300 años de Humildad y Paciencia (18/II – 23/III/2014); Santa Teresa y el Carmelo Descalzo en Zafra (19/V – 21/VI/2015); Cervantes en Zafra. El personaje y su obra. IV Centenario de la muerte de Cervantes (23/IV – 29/V/2016). En este último año, al celebrar, como venimos diciendo el décimo aniversario, hasta ahora hemos desarrollado tres exposiciones: Fernando Moreno Márquez. Retratos de un tiempo desolado (22/I – 5/III), Pasión (8/IV – 7/V) y Maria Museum Visitat, de Paco Sánchez (31/V – 2/VII) y tenemos previstas y en elaboración: una, sobre el viaje del embajador D. García de Silva y Figueroa a Persia en el siglo XVII; otra, sobre las piezas donadas al Museo en estos años y, una tercera, sobre Benjamín Palencia. Todas estas exposiciones han sido posibles merced a la colaboración de zafrenses desinteresados que ha ofrecido sus obras para que temporalmente puedan exponerse en el museo y sean disfrutadas por sus conciudadanos. Gracias y nuestro reconocimiento a todos ellos.
Exposición "Fernando Moreno Márquez. Retratos de un tiempo desolado", 2017 |
Cartel de la exposición "Santa Teresa y el Carmelo Descalzo en Zafra" |
Un Museo
«difunde…». En este sentido el Museo se ha
sumado a las redes sociales. Y desde hace diez años contamos con una web y un
blog y, enseguida, nos sumamos a las plataformas Facebook y Twitter. En ese
afán de difusión, coeditamos con el Centro de Estudios del Estado de Feria la
revista “Cuadernos de Çafra”, donde se recogen trabajos sobre la historia de
Zafra y el Estado de Feria. Organizamos las Jornadas de Historia insertas en el
festival “De la Luna al Fuego” y ciclos de conferencias. Colaboramos con el
Aula de Zafra de la Universidad de Mayores de Extremadura organizando viajes
por los museos y lugares patrimoniales de nuestra región o con su grupo de
teatro en recitales poéticos. Y, cuando ha estado en nuestra mano, hemos
ofrecido talleres con el objetivo de divulgar el conocimiento del Museo y
fomentar la participación de estudiantes o familias de Zafra y su entorno en el
mismo. En síntesis: medios informáticos, en papel o públicos con los que el
Museo quiere dar a conocer y difundir sus actividades investigadoras,
culturales con fines de estudio, educación y
recreo. En este sentido, además, de
todas estas actividades incluidas en la definición que de los Museos da el
ICOM, este Museo Santa Clara organiza regularmente conciertos en Navidad,
Semana Santa y en el Día Internacional de los Museos, en los que ha sido
fundamental la presencia y colaboración de la Coral Santa Cecilia y de la
Escuela Municipal de Música de Zafra. En esos o en otros momentos, durante
estos diez años, el Museo ha acogido la actuación de corales como las de la
Universidad de Extremadura, Santeña o de Valencia del Ventoso; coros como Ars Vivendi, Ensemble8, Coro y Escolanía del Conservatorio de Badajoz “Juan
Vázquez”, la Capilla Gregoriana del Cristo del Calvario, Coro de Cámara Ubi Sunt? o Amadeus-IN. Conciertos como los de Emsemble Il Nobili Diletto o Redobles
Cautivos. Hemos acogido los Certámenes de Villancicos de los Coros y Danzas
de El Castellar o los Pregones Audiovisuales de la Hermandad de la Humildad y
Paciencia. Y, la capilla conventual, ha
sido marco de grabación en 2013 de “La recepción de la lírica popular antigua
en la obra de Juan Vázquez” a cargo de la Capilla
Extrematurensis, dirigida por Alonso Gómez Gallego, editada en CD en 2015
por el Coro Amadeus. A todos gracias
por vuestra colaboración y por sentir al Museo como vuestra casa.
Taller escolar en el Museo, 2009 |
La Coral Santa Cecilia en una de sus actuaciones en el Museo |
Para realizar todo esto, como señalaba antes, es necesario aunar las voluntades y el cariño de muchas personas: voluntarios que guían a los visitantes, voluntarios que montan las exposiciones, voluntarios que ayudan a disponer la capilla para conciertos o conferencias. Funcionarios, jefes de servicio o empleados municipales que reciben a los visitantes, cambian o arreglan las luces, limpian las salas del museo o los aseos, que nos arreglan los ordenadores o nos imprimen la propaganda. En fin, seguro que me dejo a algunos sin citar para ellos y para los citados desde aquí nuestro agradecimiento. Todos son parte fundamental del funcionamiento de este Museo.
Y algo, permítanme la inmodestia, debemos
estar haciendo bien. La media anual de
visitantes en estos años, ha sido de unos 15.000 usuarios. Pero, el pasado
año de 2016 ha aumentado esa cifra. En concreto hemos recibido 18.570 visitas,
3.215 más que en 2015, lo que supone un 18% más. Nunca antes habían visitado
tantas personas en un año el Museo. Del total de españoles, una cuarta parte de
los visitantes fueron extremeños, y la mitad de estos de nuestra ciudad. A la
zaga van los andaluces que suponen un 22%. Los madrileños superan el 15% y los
catalanes el 8%. De Valencia y Castilla-León eran un 4% respectivamente. Y del
País Vasco un 3%. El resto de las comunidades oscilan entre 0,02 de las
ciudades autónomas hasta casi el 2% de Canarias. Los extranjeros suponen un 8%
del total. La mayoría son europeos como es de esperar, pero no faltan
americanos o de otras latitudes. En el transcurso de este año, las cifras se
mantienen en un nivel similar.
Para
concluir, no estorba reiterar que el
Museo no se ideó, ni su actividad se desarrolla pensando exclusivamente en los turistas, en aquellas personas que
puedan llegar a visitar nuestra ciudad. El
Museo se pensó, nace y se desarrolla como una institución cultural, con unas
características definidas, al servicio de la ciudadanía zafrense, como
ocurre con la Biblioteca Pública o la Casa de la Juventud. Pero, en contraste
con estas, las salas y espacios del
Museo atraen, además, a un público foráneo que viene a conocer y a
disfrutar del patrimonio histórico, cultural y artístico que se les ofrece.
Juan Carlos
Rubio Masa